La música se estructura en diferentes facetas o elementos que trabajan juntos para crear una pieza musical cohesiva. Aquí hay varias caras de cómo se estructura la música:
Melodía: Es la secuencia de notas musicales que se suceden de manera lineal. Es la parte de la música que suele ser pegajosa y fácilmente reconocible.
Armonía: Son los acordes que acompañan a la melodía. La armonía proporciona profundidad y riqueza a la música al combinar varias notas al mismo tiempo.
Ritmo: Es la organización de los sonidos en el tiempo. Se compone de patrones regulares de duraciones musicales que crean el pulso de la música.
Dinámica: Se refiere a las variaciones en volumen y tono a lo largo de una pieza musical, desde los sonidos suaves hasta los más fuertes.
Estructura formal: La música puede tener una forma específica, como la forma de sonata, rondo, estrofa/estrofa o libre. Esta estructura ayuda a organizar y dar forma a la composición.
Instrumentación: Los diferentes instrumentos o voces utilizados en una composición también contribuyen a su estructura, añadiendo capas y texturas distintas.
Letra (si aplica): En canciones con letras, la estructura lírica juega un papel importante. Esto incluye la métrica, la rima y el contenido lírico en sí mismo.
Expresión y estilo: Cada género musical tiene su propio estilo y expresión única. Esto incluye la ornamentación, las técnicas específicas de ejecución y las convenciones culturales asociadas.
La combinación y manipulación de estos elementos forman la base de la estructura musical, permitiendo una gran variedad de composiciones y estilos.